viernes, 22 de enero de 2010

Limpia, fija y da esplendor

La Real academia de la lengua española fue fundada en 1713 por Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena y duque de Escalona, con el lema de «fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza».
El objetivo era fijar el idioma en el estado de plenitud que había alcanzado durante el siglo XVI y que se había consolidado en el XVII.Se tomaron como modelo para su creación la Accademia della Crusca italiana (1582) y la Academia francesa (1635). Su creación, con 24 sillones, fue aprobada el 3 de octubre de 1714 por Real Cédula de Felipe V, quien la acogió bajo su «amparo y Real Protección». Esto significaba que los académicos gozaban de las preeminencias y exenciones concedidas a la servidumbre de la Casa Real.
Su sede se sitúa en Madrid (España), pero tiene filiaciones con las academias nacionales de los 21 países hispanohablantes. Todas juntas forman la Asociación de Academias de la Lengua Española.

Surge también el Diccionario Panhispánico de dudas,que está formando por 5 apéndices:
Apéndice 1: Modelos de conjugación verbal.
Apéndice 2: Lista de abreviaturas.
Apéndice 3: Lista de símbolos alfabetizables.
Apéndice 4: Lista de símbolos o signos no alfabetizables.
Apéndice 5: Lista de países y capitales, con sus gentilicios.

Éste, propone servir de instrumento eficaz para todas aquellas personas interesadas en mejorar su conocimiento y dominio de la lengua española. En él se da respuesta a las dudas más habituales que plantea el uso del español en cada uno de los planos o niveles que pueden distinguirse en el análisis de los elementos lingüísticos: el fonográfico, pues resuelve dudas de tipo ortológico (sobre pronunciación) y ortográfico (sobre grafías, acentuación y puntuación); el morfológico, ya que orienta sobre las vacilaciones más frecuentes que se dan en el plano de la morfología nominal (plurales, femeninos y formas derivadas) y de la morfología verbal (formas de la conjugación); el sintáctico, al aclarar dudas sobre construcción y régimen, concordancia, forma y uso de locuciones, etc.; y el lexicosemántico, pues en él se examinan y corrigen numerosas impropiedades léxicas, a la vez que se ofrece orientación sobre el uso de neologismos y extranjerismos.

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